La felicidad es una reacción propia de los seres vivos ante estímulos externos que benefician el desempeño y el producto de las acciones que se llevan a cabo. Es decir, representa la comodidad, estabilidad, seguridad y confiabilidad que los individuos perciben en su entorno. El índice de felicidad personifica esas sensaciones.
Para las personas esta medida ha sido cuantificable y calificable desde hace mucho tiempo. Diversos factores intervienen para que se pueda marcar un parámetro o múltiples parámetros por los cuales se pueda definir las percepciones de placidez en los humanos.
¿Qué es el índice de felicidad?
El índice mundial de felicidad, es una divulgación anual de la Naciones Unidas que evalúa la felicidad en 157 países, basándose en siete áreas muy específicas de calificación. El producto interno bruto por individuo, el apoyo social, la esperanza de vida, la libertad de tomar decisiones importantes para el estado, la generosidad percibida y la apreciación de la corrupción.
Luchar contra la corrupción, evadir conflictos civiles y mejorar los servicios públicos básicos afectan la felicidad de las demografías. Las condiciones económicas, sociales y de salud son las principales fuentes del índice de felicidad.
¿Quiénes ganan y quiénes pierden?
Los países nórdicos cuentan con las mejores valoraciones en el índice de felicidad. Su alto desarrollo los apoya. Mientras qué; del otro lado del globo, los países más pobres de áfrica y las regiones asiáticas con conflictos cívicos he inestabilidad política son los menos calificados.